14 abril, 2005

Majo, majo, majo

A veces, las grandes sensaciones me pillan desprevenido -es lo suyo tb-.
Esta mañana cuando iba en el coche ,de camino a la obra y oyendo la mejor radio del país - SER- , "sufrí" uno de esos momentos majos, en los que se me ponen los pelos de punta sin poder remediarlo.

Iñaki Gabilondo habia visto una esquela muy emotiva en El Pais y leía lo que en ella ponía:
"Se ha muerto el hombre más majo y el más guapo que nunca hemos conocido.....
su vida fue una broma contínua, una carcajada y mucha risa, mucha. Majo, majo, majo...."

Luego llamaron a la viuda y hablaron tb dos de sus hijos. Con una serenidad, normalidad y alegría increibles. Hablaban de lo cachondo mental que había sido y lo bien que había hecho la vida. No eran alabanzas normales. Estaban ante un ser excepcional, sin duda.

¿No es esto para poner "los pelos de gallina", como decía cierta modelo?.
A mi si.



11 abril, 2005

Botellón místico

Leí este artículo de opinión en el periódico el adelanto de Salamanca de ayer domingo, y firmaría cada párrafo. Ahí queda.

BOTELLON MISTICO

ANTONIO Gutiérrez
10/04/2005
Como dándome por aludido y en forma de defensa personal, después de todo el diluvio universal informativo y formativo caído como consecuencia del fallecimiento del Papa, me siento necesitado a declarar al menos lo siguiente:
a) Que los fieles, seguidores y partidarios o forofos de una persona o de una religión (¿de una de las dos cosas, de las dos, de cuál de las dos?) muestren como les venga en gana su pesar ante la muerte de su más visible representante, aunque sea en una especie de botellón místico, no es más que una muestra de libertad y merece todos mis respetos, pero en ningún caso asegura ninguna verdad ni ninguna mentira; sólo deja constancia de un hecho importante sociológicamente que se puede explicar desde muy numerosas causas.
b) Hacer consideraciones públicas, en tertulias, artículos de opinión, editoriales, sermones o comunicaciones, acerca de los valores o deficiencias de un personaje, no viene a representar otra cosa que lo que se ha dicho para el apartado anterior; y no porque muchas sean favorables ni desfavorables aseguran la verdad.
c) Sería de justicia que no se falseara la realidad con expresiones o con datos que echan por tierra cualquier consideración posterior. Afirmaciones que se dan por hechas y que se repiten hasta la saciedad como "pastor universal", "te quiere todo el mundo", "todo el mundo está de luto", etcétera son falsedades por más que el forofismo, la tontería mediática y la hipérbole seráfica lo aguanten todo.
d) Formalmente, es católica una de cada cinco personas en el mundo.
e) De esos algo más de mil millones de personas, convendría reconocer que se siente realmente católica sólo una parte. A los católicos los bautizan por obligación, sin pedirles permiso para nada, y, si no hacen declaración expresa de apostasía, todo el mundo los considera en la lista, en una interpretación de la realidad totalmente sesgada. Tengámonos, pues, en la raya y en la verdad: es mejor para todos.
f) Me parece que esta tendencia a hacer universal lo que sólo es seguido por una parte de la población es una característica inevitable de cualquier monoteísmo, de sus dogmas y de sus prácticas. Analícese, si no, algo tan elemental como el significado de la palabra. No debería, entonces, extrañarnos la tendencia, pero sí que no se reconozca la contradicción inevitable que se produce con los que no son partícipes de ese dogma que tiende a concluir en un solo vértice universal, con todo lo que, en la Historia y en la práctica diaria, lleva aparejado.
g) Realizar afirmaciones como la de que este Papa ha sido un Papa viajero y ensalzar este hecho hasta casi el paroxismo hiere la inteligencia de cualquier alfabetizado: ¿acaso alguien piensa que en los anteriores siglos los Papas podían dar la vuelta a la Tierra montados en burro?
h) Si admitimos que se trata de un personaje que se ha manifestado como un excelente actor y que ha dominado muy bien los medios, ¿no estaremos confundiendo el continente con el contenido. Cuidado entonces con los juicios que vertemos sobre los medios de comunicación: viva el Gran Hermano , viva el conjunto Nosequé que se pone en concierto, viva la final de la Champions League.
i) Un poquito más humildes podríamos ser cuando afirmamos algo que, a la vista de las imágenes y de las cifras, parece evidente: que el Papa convocaba a los jóvenes. No estaría de más conocer también los gastos de cada parroquia y de cada diócesis en cada una de esas concentraciones. Son sólo dos ejemplos.
j) Reconocer luces y sombras en un pontificado tan largo y con un mundo tan necesariamente distinto a los anteriores es sencillamente un genérico que ni añade ni quita nada a la primera lectura de cualquier ser alfabetizado. Pero también habrá que convenir en que a un ser que basa su actuación en conseguir fines morales, que no busca aparentemente expansiones territoriales, que, ni por aproximación, tiene que oponer sus planteamientos a otros posibles rivales en la aspiración a la silla papal (en cuanto es elegido todo se pone a su servicio y todo se le somete absolutamente para siempre), que se mueve únicamente en mensajes morales acerca del bien y el mal, que no tiene que mancharse las manos demasiado en el día a día, reconocerle apelaciones a practicar el bien y a evitar el mal no es nada espectacular.
k) Si hubiera que entrar en el cuerpo a cuerpo, en esos asuntos en los que los genéricos se concretan en espacios y en tiempos, ahí están las variables relacionadas con la función de las mujeres, el celibato, la moral sexual, con los derechos humanos, la teología de la liberación, la política de mano de hierro en el gobierno de la curia, con... Cada capítulo da para luces y para muchas sombras.
l) En estos últimos días uno ha tenido la impresión de que se han forzado las alabanzas hasta límites poco reconocibles. ¿Se enterraba a un Papa o a un Dios?
m) Siga sirviendo la libertad de todos y de cada uno para actuar de acuerdo con ella. Descanse en paz la persona. Mis condolencias a quien las quiera recibir. Pero me gustaría sobrevivir a este diluvio y sobrellevar con ánimo la resaca de este botellón místico al que he creído asistir.
*Profesor